lunes, 10 de agosto de 2009

Buscar al John Doe

Es muy común que el último día de clases, un chico con el que compartimos un aula TODO UN SEMESTRE, nos hable. La charla es banal, nada del otro mundo, surge con la típica frase "que mal que me va a ir en el parcial" y es seguida por risitas nerviosas (porque estás por rendir y te van a empomar, y porque un chico que nunca fichaste y no es nada feo, te está hablando). La charla dura breves minutos, se saludan, se desean suerte para el parcial, y mientras caminas te das cuenta de que sos una boluda atómica, NO LE PREGUNTASTE EL NOMBRE. Te la pasás quejándote de que estás sola, que nadie te da bola, bla bla blaaaa, y ¿¿¿no le preguntas el nombre al único que se acerca por motu propio???
La cursada terminó y hay pocas chances de que te vuelva a tocar con él, no tenés ni un solo dato para rastrearlo, excepto que cursa de noche, como vos.
Podes u olvidarte del flaquito o esperar cruzartelo en los pasillos, como me dijo Lau, seguido por la siguiente explicación: "y por cruzartelo, me refiero a esperar horas hasta que pase y hacerte la espontánea. "ay hola, que haces por acá?" "
Si, es una locura, pero ¿para qué mentirme? Se que cuando vaya voy a estar atenta a ver si lo veo, y se que voy a buscar alguna excusa idiota para perseguir al pobre hombre. La vida es así, y si quiero salir del status quo tengo que moverme, incluso si quedo como una obsesiva y una persecuta.
S

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